Ventajas y beneficios de trabajar en un espacio Coworking

Ventajas y beneficios de trabajar en un espacio Coworking

En los últimos años hemos presenciado grandes cambios y transformaciones en las formas de trabajo. La digitalización y el coworking permiten a jóvenes profesionales y emprendedores desarrollar tareas desde casi cualquier lugar del mundo. Solo hace falta un ordenador y un móvil.

Quien haya visto la serie “The Office” tiene claro que en los lugares de trabajo pasan muchas cosas. Se tejen amistades o se conocen amores para toda la vida, se establecen contactos. También surgen pleitos, diferencias y situaciones que hay que aprender a gestionar. Pero, ¿qué pasa cuando se trabaja desde casa frente al ordenador propio? Sencillamente, se pierde toda esa rica interacción social. En el siglo XXI, uno de los mayores peligros para los nómadas digitales o los emprendedores autónomos es la soledad.

Para evitar ese aislamiento, surgió el coworking. Fue una invención de un grupo ingenieros electrónicos en 1995 en Alemania. Ellos crearon el primer ‘hackerspace’, C-Base, en Berlín. La idea era reunir a varias personas con intereses afines, para compartir un espacio común, intercambiar ideas y reducir costos. Desde entonces, el universo del coworking se ha expandido a todas las latitudes.

 

Mejorando tu productividad en el entorno del coworking

 

Coworking no es solo compartir un espacio. La idea es colaborar en el mantenimiento de un sitio amigable para el trabajo, con servicios de buena calidad, comodidades, y un clima agradable. El espacio también puede ofrecer servicios especiales como guarderías, cafetería, zona de juegos y relax, etc.

El objetivo es asumir menos gastos y ganar en productividad y eficiencia. En los espacios de coworking se paga una cuota que puede ser por día, semana o mes, donde están incluidas las tarifas de agua, luz y wifi. También se puede disponer de instalaciones, aire acondicionado, cafeteras de última generación o impresoras.

Los espacios cuentan con un buen diseño para generar un entorno propicio para el trabajo. Mesas y sillas de trabajo cómodas, espacios luminosos y amplios.

Lo mejor es que estos espacios se nutren de la propia experiencia colaborativa de los coworkers. Sin ellos quienes más aportan a mejorar el entorno laboral y social del coworking.

Otra gran ventaja es poder tener un acceso inmediato y contratos flexibles. Algunos espacios alquilan por horas, por día, o semanas. No hay trámites engorrosos ni gastos adicionales. Solo hay que sentarse y comenzar a trabajar.

Pero un coworking es mucho más que esto. El espíritu colaborativo es lo más importante. Un espacio para conocer a otras personas con los mismos intereses, intercambiar ideas y proyectos. Un lugar ideal para hacer contactos y también amistades.

 

“He conocido gente de todas partes del mundo”

 

“Cuando comencé con mi empresa de diseño, junto a un amigo, no teníamos dinero para montar una oficina. Alquilamos un espacio de coworking en Madrid y rápidamente pudimos crecer. Allí conocimos personas que estaban trabajando en proyectos que se complementaban con lo nuestro en Alemania. Y a través de ellos, en unos meses ya habíamos conseguido dos buenos clientes en Berlín”, relata Máximo Ferrán. Con 26 años, su vida laboral se ha desarrollado siempre entre su casa y los locales de coworking.

“Nunca pensé que iba a conocer gente de tantos lugares. La verdad que me ayudó mucho a arrancar con mi proyecto”, añade María Pérez Lugones, otra coworker habitual en Madrid.

La dinámica del coworking está creciendo. Estados Unidos y Europa son vanguardia, pero esta nueva forma de trabajo colaborativo ha llegado a regiones de Asia, América Latina y el continente africano. Nuevos locales de coworking se han abierto en ciudades como Egipto, Madagascar o Tunisia. En todo el mundo, miles de nómadas digitales buscan espacios de coworking y coliving para experimentar nuevas formas de trabajo y de vida.

 

 

 

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